LAS HUELLAS DE 200 AÑOS EN LOS MAESTROS Y..... OTRA MANERA DE ENSEÑAR Y APRENDER LA HISTORIA

El maestro como sujeto activo y dinamizador de la cultura y del saber que articula desde las potencias que brinda la enseñanza debe iniciar a plantearse interrogantes cómo: ¿Cúal es ese sueño de sociedad que tenemos hoy en día?, ¿cuál es aquel que fija derroteros sobre el acontecer en el aula y la huellas que habrán de quedar en los niños, niñas y jóvenes que asisten en campos y ciudades a formarse?; dado que para nadie es tema desconocido que el oficio del maestro del siglo XXI ha cambiado igual que sus prácticas y teorías deben estar enfocadas desde los principios de la pedagogía moderna.

La escuela ha sufrido notables cambios en las últimas décadas, se habla que la escuela ha entrado en una profunda crisis por los nuevos retos que enfrenta con la llegada de la nuevas tecnologìas y los rápidos cambios sociales que ha experimentado, para citar un ejemplo se observa hoy como la memoria ha sido reemplazada por google.

Frente a este nuevo panorama el Bicentenario como pretexto de cambio en el campo de la educación nos esta orientando a una nueva forma de enseñar y aprender historia y otras disciplinas del conocimiento partiendo del desarrollo de competencias científicas en los estudiantes transformando el método de cómo se enseña y se aprende, esto con el propósito de formar sujetos idóneos, capaces de conocer no solo una disciplina sino un conjunto complejo de saberes que le den la capacidad de manejar múltiples relaciones: escuela y cultura local, escuela y cultura universal, escuela y ciencias. Y esto solo se logra cuando el maestro abre las puertas del aula e inicia con sus estudiantes procesos de investigación donde converge el saber científico con el saber popular.